martes, enero 05, 2010

El final de un largo viaje

SOHO capta los últimos momentos de un cometa antes de precipitarse contra el Sol.

Bellos visitantes nocturnos, rodeados de leyenda y compañeros de la Humanidad desde que esta empezo a buscar significado en todos los brillantes cuerpos celeste que lo habitaban...duraderos recuerdos del nacimiento de nuestro Sistema Solar que han sobrevivido al paso del tiempo pero también fragiles viajeros cuya existencia, una vez abandonan la oscura seguridad más alla de Plutón donde han habitado durante miles de millones de años, se extingue rapidamente, vaporizado por la radiación solar.

Una vez quedan atrapados en una órbita que les lleva hacia nuestra región planetaria de forma periodica empieza la cuenta atras hacia su final, una última etapa, pero, deslumbrante y en la cual podemos verlos cruzar majestuosamente el firmamento...unos bellos astros que dotan a nuestro firmamento de vida, pero que nacen, paradojicamente, de una larga agonía.

Algunos cometas, pero, terminan su existencia de forma mas súbita y radical...precipitándose hacia el Sol, en un último y espectacular viaje hacia el olvido. No son pocos aquellos que termina sus días de esta forma, al igual que aquellos que jugando al borde del abismo, sobrevuelan nuestra estrella tan extremadamente cerca que cualquier variación orbital los condenaría. Y el SOHO, como observados solar, presenció muchos de ellos.

Descubierto el pasado 2 de Enero por el astrónomo aficionado Alan Watson mientras examinaba imagenes obtenidas por el observatorio solar STEREO-A y seguido por el SOHO, fue rapidamente clasificado como miembro de la familia Kreutz, nombre que recibe un amplio grupo de cometas que se acercan mucho al Sol y que se cree que son, todos ellos, fragmentos de uno enorme que se fragmento hace más de mil años. La mayoría de los que se estrellan contra nuestra estrella parecen tener este origen.

Descubierto horas antes de su máxima aproximación al Sol, solo se podia esperar para saber si sobreviviría o no...y la respuesta fue no. El recién llegado se desvaneció en el resplandor solar y no regreso. Habiamos presenciado la muerte de un cometa.


El gran cometa de 1843, que llego ha ser tan brillante como para poder verse en pleno día, paso a tan solo 830.000 Kilómetros por encima de la ardiente superficie del Sol, sobreviviendo gracias a su tamaño y velocidad...para un teorico observador situado sobre este veloz viajero nuestra estrella ocuparia casi la mitad del firmamento, una vision tan asombrosa como terrorífica.

COMET TOAST

SOHO

1 comentario:

El Socio dijo...

¡Realmente espectacular la imagen de hoy! El sol debió quedarse satisfecho tras semejante comilona, je je. Ojalá algún día tengamos la oportunidad de ver un cometa como el de 1843.