sábado, abril 24, 2010

Odisea entre las estrellas

Se cumplen 40 años del viaje del Apolo 13.

"Houston, tenemos un problema"...posiblemente esta es una de las frases más famosas de la carrera espacial, la que ha quedado registrada para la eternidad como símbolo de nuestro camino hacia las estrellas, y si bién lo que realmente se escuchó ese 13 de abril de 1970 a las 21:08 fue "We've had a problem here...Houston, we've had a problem" (Houston hemos tenido un problema aqui...Houston hemos tenido un problema) para la historia y el imaginario popular quedó para siempre el "Houston, tenemos un problema", más inexacta pero sin duda con mucha más fuerza y dramatismo.

El Apolo 13 es la historia de un gran fracaso pero al mismo tiempo el de un gran éxito....fracaso porque impidió el alunizaje, éxito porque los tres tripulantes vivieron para contarlo, en toda una hazaña lograda tanto por ellos como por los que, desde tierra, buscaron y lograron impedir que el fracaso terminara en catástrofe. Y al final fue esto último lo que quedo en el recuerdo, el de un viaje épico que superó obstáculos de todo tipo hasta lograr regresar a casa.

Poco podían imaginar sus tres tripulantes, cuando despegaron del Centro Espacial Kennedy un 11 de abril de 1970, que la gran aventura que tenían por delante y que les debía llevar hasta la región lunar de Fra Mauro pronto dejaría paso a una lucha por la supervivencia...que empezó 56 Horas después del lanzamiento y a una distancia de 320.000 Kilómetros de La Tierra: En ese momento uno de los dos tanques de oxígeno explotó, llevándose literalmente por delante parte del módulo de servicio, dañando irreparablemente el otro tanque y dejando tras de si una estela de restos que los propios tripulantes podían ver pasar desde la ventana de la escotilla. Empezaba la odisea del Apolo 13, ya no con el objetivo de alcanzar la Luna sino simplemente lograr regresar a casa.

Gene Kranz, director de la misión, y los ingenieros de vuelo fueron, en las horas que siguieron al desastre, los auténticos héroes de esta aventura, ideando las estrategias que permitieron al mortalmente herido Apolo 13 regresar a casa, impartiendo a los tripulantes las instrucciones necesarias, y manteniendo la calma incluso en los momentos más críticos. Y serían ellos quienes darían la orden a Jim Lovell, Jack Swigert y Fred Haise de evacuar el modulo de servicio donde se encontraban y entrar en el módulo lunar, vehículo destinado al alunizaje pero que se convirtió en el "bote salvavidas" donde los tres se refugiaron el resto del viaje.
La misión lunar había quedado anulada y tras girar alrededor de la Luna y realizar con éxito el encendido de los impulsores necesarios para poder escapar de su gravedad, el Apolo 13 inició su viaje de retorno...que lo hiciera con los tres astronautas vivos dependía de dos elementos claves: Oxígeno y energía.

El primero de ellos nunca fue un problema...el Modulo lunar disponía de sus propias reservas, que junto a la de los los trajes espaciales y las botellas de emergencia para el amerizaje, eran suficientes para las 90 horas que duraría el viaje de vuelta. El problema, pero, era la energía, y fue aqui donde el destino de los tres astronautas estuvo moviéndose en el filo del desastre. Y es que la explosión dejó fuera de servició a las células de combustible que proporcionaban electricidad, Oxígeno y luz a la nave, generando una perdida constante de energía que llevó la capacidad energética de la nave a un punto crítico. El módulo lunar tenia sus propios generadores, pero estaban pensados para cubrir unicamente sus propias necesidades durante su viaje a la superficie lunar, no para proporcionar la energía necesaria a toda la nave, por lo que hubo que desconectar casi todos los sistema electrónicos para conservarla, reduciendo el consumo a solo un 20% de lo normal.

El resultado de todo ello fue un viaje terriblemente duro para los tres astronautas, en un ambiente gélido que rondaba los 3ºC, con raciones de agua y alimentos reducidos al mínimo, y un ambiente viciado por el Co2 que los filtros, que no estaban pensados para sostener a una tripulación de tres, apenas podían limpiar...de hecho, en otro alarde de improvisación por parte de los técnicos de tierra, se idearon sistemas para aumentar su rendimiento, lo que a la larga sería vital.

Cuatro horas antes de aterrizar (o mejor dicho amerizar) en la Tierra, y tras reiniciar los sistemas (otro momento crítico, pues tras horas desactivados y sometidos a un ambiente tan frío no era seguro que se lograra activarlos nuevamente) los tres astronautas abandonaron el módulo lunar, que fue su hogar y salvación durante tantas horas, y entraron en la capsula de reingreso que debía llevarles a casa. Pocos después, y aun acoplados al módulo lunar, el dañado modulo de comando se separó, permitiendo observar por primera vez los daños sufridos...algo que estremeció tanto a los tripulantes como a los técnicos en tierra, pues superaba todo lo imaginado. No solo eso, sino que se originó algo cercano a un un estado de pánico, pues se temía que la explosión hubiera dañado los escudos térmicos destinados a la protección de la cápsula durante la reentrada atmosférica. Si así era, estaban condenados...pero no había alternativa.

Tras separarse del módulo lunar los tres viajeros iniciaron la rentrada en la atmósfera, un viaje final del que no se sabia si podrían sobrevivir. Pero lo lograron: el
17 de abril de 1970, la capsula del Apolo 13 amerizó exitosamente y de una pieza en el océano Pacífico, cerca de las islas Samoa, ante el júbilo y alegría del centro de mando de la NASA y del mundo entero, que seguía expectante los acontecimientos. La pesadilla había terminado. Los viajeros había vuelto a casa.

Fue un momento de gran alegría, un evento que se supo vender como un gran triunfo nacional (realmente el lograr hacerlos volver fue casi un milagro) y que volvió a colocar, aunque solo fuera temporalmente, al programa de vuelos Apolo en el centro de atención mediática, que habia perdido para la gente de la calle casi todo el interés y que se veía como algo ya rutinario y facil (!!) de conseguir. El casi desastre del Apolo 13 fue un recordatorio de que no hay viajes espaciales fáciles, y menos unos tan complejos como los tripulados hacia la Luna, que se movieron siempre al límite de lo que podría permitir la tecnología de la época.

Evidentemente, detrás de la celebración y la atención mediática, comenzó la investigación para saber el porque del accidente, revelando graves errores en los ajustes realizados en el tanque de oxigeno responsable del accidente que hicieron que fuera casi inevitable lo que ocurrió en el espacio...pero todo eso, mas allá de las oficinas de la NASA, quedó en segundo plano, oculto por el orgullo nacional el de un fracaso convertido en éxito y el de la historia de tres hombres convertidos en héroes por derecho propio.

Nada de eso salvaría al agonizante programa de vuelos tripulados, que tras lograr el primer alunizaje a cargo del Apolo 11 había perdido todo su sentido, pues el objetivo real y casi único, pisar la Luna antes que los Sovieticos ya se había cumplido...no existían planes más alla y los restantes vuelos casi llegaron por inercia. Tras el Apolo 13 llegó el Apolo 14, que en cierta forma recogería el testigo y realizaría la misión que su predecesor no pudo cumplir: Aterrizar en Fra Mauro.

Tras el vendrían tres mas, hasta el Apolo 17, que marcaria un final prematuro (originalmente estaba previsto hasta el Apolo 20) pero inevitable de un sueño que en realidad acabo en el mismo momento que Armostrong pisó la llanura del Mar de la Tranquilidad. La accidente del Apolo 13 y el heroico viaje de sus tres tripulantes revitalizo momentáneamente el programa, recuperando el interés del público que tan rápido se había perdido, aunque no pudo evitar lo inevitable...pero independientemente de ello su odisea forma parte ya de una de las paginas más brillantes y recordadas de la historia de la carrera espacial, como un brillante ejemplo de la capacidad humana de superar obstáculos y del espíritu indómito de aquellos que han viajado, viajan y viajarán algún día entre las estrellas.


De Izquierda a derecha: Lovell, Swigert y Haise.

El Apolo 13 pasando cerca de la Luna...en este punto la nave debia haber entrado en órbita y el modulo lunar iniciar el descenso, pero tras el desastre se tomo impulso y tras girar alrededor de ella se dirigió de nuevo hacia la Tierra.

Tan lejos y tan cerca...fotografiada desde una de las ventanas del módulo lunar el planeta azul se conviertió para los tripulantes en un oasis en la oscuridad, y ser capaz de volver a tiempo la única esperanza de sobrevivir.

Otra fotografía, en este caso de la Luna...los tres tripulanes regresarian vivos a casa, pero nunca podrían cumplir su sueño de pisar la superficie selenita. Posiblemente un sentimiento de tristeza y melancolía les acompañó durante las pocas horas que volaron cerca de ella y vieron el lugar donde deberían haber alunizado.

Poco despues de separarse de el, los astronautas pudieron ver por primera vez al módulo de servicio Odyssey. Los daños superaban todo lo imaginado.

Adiós al módulo lunar Aquarius...los astronautas sabían bién que le debían la vida y por ello fue una despedida emotiva.

Representación artística de las últimas horas de vuelo del Apolo 13...tras separarse primero del dañado Módulo de servicio y posteriormente del Módulo Lunar, la capsula con los tres tripulantes inicio su viaje final sin saber si sus escudos estaban dañados y si podría sobrevivir a la fricción atmosférica. Pero lo logro y amerizo con exito en el Pacifico, mientras los dos módulos dejados atras se desintegrarían pocas horas despues en la atmosfera terrestre.

El final de una pesadilla...la cápsula del Apolo 13 ameriza en el Pacifico, cerca de Samoa, donde ya le esperaba una flotilla de rescate.

El director de vuelos Gene Kranz, cuyas decisiones fueron vitales para la salvación del Apolo 13.

Imagenes recientemente publicadas con el helicóptero de rescate aterrizando en el portaviones USS Iwo Jima.

Los astronautas descendiendo del helicoptero. Agotados, deshidratados y con unos cuantos Kilos de menos, pero vivos al fin y al cabo...

La cápsula tras ser rescatada de las aguas del Pacífico...a pesar de todos los temores resistió la fricción atmosférica sin problemas.

El último resplandor de la misión Apolo 13...pocas horas despues del feliz regreso de sus tripulantes los módulos de servicio y lunar se desintegraron en la atmósfera.


Esquema del Módulo de servició...el tanque de oxigeno Numero dos fue el responsable del desastre al explotar y dañar fatalmente los sistemas de energía.

Daño en el Apollo 13

40 años del Apolo 13

1 comentario:

Antoniatenea dijo...

Es tan bueno el contenido...qué se puede añadir!!!
Lo haceis de forma genial. Felicidades!!!