martes, octubre 21, 2014

En la lejana frontera de los pioneros

Primeros pasos para la futura colaboración entre los equipos de las sondas OSIRIS-REx y Hayabusa-2.

La misión de la primera sonda Hayabusa representó una odisea en todos los sentidos, y su éxito final la mejor recompensa para unos técnicos en tierra que nunca se dieron por vencido. Pero por encima de todo, incluso de sus logros científicos, significó acumular una experiencia de valor incalculable en una operación interplanetaria que nunca se había intentado antes, y que sería puesta al servicio de su sucesora, en cuya construcción se aplicaría todo lo aprendiendo. Para la JAXA fue un involuntario pero valiosa campo de pruebas que el próximo 30 de Noviembre dará sus frutos con el lanzamiento de la Hayabusa-2.

Pero no fueron los únicos. Al otro lado del Pacífico los miembros de la futura OSIRIS-REx, en ese momento aun en sus primeras etapas de diseño, siguieron con atención las aventuras de Hayabusa, estudiando su misión, sus procesos y procedimientos, tomando nota de lo que podría mejorarse. El diseño final de esta sonda de la NASA para el estudio de asteroides estuvo realmente muy influida por las lecciones de la sonda japonesa, así como en la planificación de las operaciones que afrontará una vez llegue hasta Bennu, su objetivo final. JAXA, de forma involuntaria, ayudó a los estadounidenses en su propia misión, una colaboración indirecta que ahora se quiere convertir ya en oficial y planificada.

Hayabusa-2 tiene previsto su lanzamiento el 30 de noviembre 2014 desde el Centro Espacial de Tanegashima. Se espera que llegue hasta el asteroide 1.999 JU3 en Junio de 2018, estudiándolo primero en profundidad durante 1 año terrestre (la falta de tiempo para realizar algo parecido en el asteroide Itokawa se considera uno de los motivos que explican la accidentada toma de muestras de Hayabusa) antes de afrontar el momento clave de descender hacia su superficie para disparar una serie de proyectiles y tomar muestras. Algo que se repetirá casi en el mismo momento en otro lugar del Sistema Solar, ya que la Osiris-Rex, que despegará en 2016, alcanzará al asteroide Bennu en Agosto de 2018, lo que proporcionara una oportunidad sin precedentes para la colaboración internacional en la exploración de asteroides.


Así, se tiene la intención de albergar científicos japoneses en la UA para colaborar en la misión de la Osiris-Rex, mientras miembros de esta viajarán a las instalaciones de JAXA para colaborar con la de Hayabusa-2. Además, la NASA y JAXA esperan poder intercambiar fracciones de las muestras recogidas por las sondas, lo que podría implicar uno retorno científico combinado muy superior al valor individual de cada misión, permitiendo afrontar retos que no serían posibles con una sola misión.

Ambas sondas serán pioneras en la exploración de este mundo desconocido que siguen siendo a pesar de todo los asteroides, y al igual que los de la Antigüedad, avanzando hacia un horizonte siempre lejano e inexplorado, sus posibilidades de supervivencia aumentarán si saben que hay alguien más por ahí al que pueden extender la mano para pedir ayuda si es necesario.

La Universidad de Arizona (UA) fue el escenario, este pasado 3 de Octubre, de un encuentro entre miembros del equipo de la Hayabusa-2, formado por el Dr. Saku Tsuneta, director general del Institute of Space and Astronautical Science (ISAS) de la JAXA, el Dr. Masaki Fujimoto, director para la exploración del Sistema Solar del ISAS, y el Dr. Shogo Tachibana, y el Dr. Harold Connolly, del equipo de la Osiris-Rex. Acompañaron al encuentro Ann Weaver Hart, director de la UA y un equipo de la televisión japonesa NHK, que cubrió el encuentro con el objetivo de emitirlo poco antes del lanzamiento de la Hayabusa-2.

Collaboration Between OSIRIS-REx and Hayabusa-2

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