sábado, enero 28, 2017

El retorno de los perdidos

PROCYON, la pequeña sonda que exploró el mismo cometa que Rosetta.

Acompañó a Hayabusa 2 en su lanzamiento, una pequeña pasajera "extra" oculta bajo el resplandor mediático de esa primera, la gran apuesta de la JAXA para la exploración de asteroides. También ella tenía metas parecidas, en este caso 2000 DP107. Pero nunca tuvo oportunidad de alcanzarlo al fallar su sistema de impulsión iónica, quedando abandonada en órbita solar. Aunque la expresión "abandonada" dista de ser la palabra adecuada, porque su equipo en tierra nunca la dio por perdida, y busco para ella nuevas metas. 

Al fin y al cabo la pequeña PROCYON, un proyecto de bajo coste desarrollado por la Universidad de Tokyo, con apenas 65 Kilogramos de masa y dotada de dos instrumentos ópticos, seguía operativa más allá de sus problemas de propulsión. ¿Era posible encontrarle otros objetivos? Ese fue el incansable esfuerzo de su equipo en tierra. Finalmente este fue recompensado de una forma inesperada poniendo a su alcance a un objetivo realmente importante y ya famoso por razones que no es necesario recordar: El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, que a finales de 2015 estaba lo suficientemente cerca de la pequeña sonda como para que su pequeño pero no por ello menos potente telescopio LAICA fuera capaz de captarlo y extraer no poca información científica, como medir la cantidad de agua emitida y captar con claridad la estructura de su Coma, la envoltura de gas y polvo que forma la "cabeza" de un cometa activo.

Y en eso último hizo un mejor trabajo que la propia Rosetta, que sumergida en ella en aquellos días, no podía ofrecer por tanto una visión en conjunto. Igualmente las mediciones sobre la cantidad de agua emitida realizadas por PROCYON, de carácter global, se podrán combinar con las realizadas por la sonda europea para dar forma a nuevos modelos que expliquen mejor la actividad del cometa. Un trabajo en equipo con espléndidos resultados, fruto de que esta pequeña sonda japonesa estaba en el lugar y el momento adecuado de forma fortuita, ya que lógicamente nada de esto estaba en el plan original y esta sonda no tiene, por el fallo de su impulsor iónico, capacidad de redirigir su trayectoria. En ocasiones el habitualmente hostil espacio recompensa a los que no se rinden. Y la JAXA sabe mucho de eso.

Más allá de estos logros concretos este éxito representa el primer éxito científico de una microsonda en el espacio profundo. Teniendo en cuenta que estas resultan notablemente más baratas que son "hermanas mayores", esto podría dar un impulso a otros proyectos parecidos, abriendo la exploración del Sistema Solar a una nueva clase de exploradoras, más sencillos, menor potentes, pero por eso mismo más sencillos de financiar y construir.¿Veremos algún día una flota de innumerables pequeñas sondas, en solitario o en grupo, explorando otros mundos? El tiempo dictará sentencia, pero PROCYON nos demostró que es realmente posible.

Imagen procesada para mostrar la línea espectral del hidrógeno del cometa 67P en unidades de Rayleigh (panel superior) tomada por el telescopio LAICA el 13 de septiembre de 2015.

Diagrama del proceso de formación de átomos de hidrógeno en un coma cometario. La mayor parte procede de la disociación de las moléculas de agua por la radiación ultravioleta, o la de un radical OH. Al considerar estos mecanismos se pueden estimar las tasas de liberación de agua a partir de un mapa de brillo de los átomos de hidrógeno, que fue lo que hizo PROCYON. 

Lost Japanese Spacecraft Has Made a Key Measurement on Rosetta's Comet

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