martes, febrero 28, 2017

Luna sin límites

Space X anuncia su intención de lanzar una nave tripulado a nuestro satélite en 2018.

Estamos ya acostumbrados a los grandes promesas de esta compañía, y también a que todos ellas, a pesar del escepticismo inicial, acaben por cumplirse. Cuando anuncia su intención de presentar algo nuevo, es ya inevitable que se genere un gran interés y altas expectativas, anulado casi por completo esa otra parte de nosotros, más racional, que nos pide prudencia. Por todo ello esta nueva y repentina convocatoria a los medios representó una nueva inyección de interés ¿Que presentaría ahora? No fueron pocas las especulaciones realizadas, incluida alguna que apuntaba tan alto como señalar a la Luna como objetivo.

Y la lección que debemos extraer es que, con Space X, apuntar alto siempre aumenta las opciones de acertar. Porque es precisamente eso lo que anunció hace unas horas la compañía de Elon Musk: Su intención de enviar un vehículo tripulado a nuestra compañera celeste. No para alunizar en ella, sino "solo" realizar un viaje a su alrededor para posteriormente regresar a La Tierra. Una trayectoria de retorno libre, impulsada por un cohete Falcon Heavy desde la plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy serán los protagonistas de esta aventura, de la que aún no se conocen las identidades de sus dos tripulantes.

Como es habitual es Space X, no le tiembla el pulso en anunciar sus objetivos, pese a que en este sentido todo está aún por construirse, por elegir una palabra que defina la situación. Será precisamente en este 2017 cuando veremos lanzarse el primer Falcon Heavy, y lo mismo vale para la Dragon 2, que realizará el primer vuelo de prueba, aún sin tripulación y con destino a la ISS, a finales de año. Si se cumplen los plazos marcados por la propia compañía, el vuelo lunar se realizará apenas unos meses después del primer vuelo tripulado de la nave y con un cohete pesado que apenas habrá realizado unos pocos vuelos. Sin olvidar que será necesario desarrollar las tecnologías necesarias, como un escudo término muy superior al utilizado actualmente. Realmente todo parece seguir un calendario muy apretado y exigente.

Pero si en algo se caracteriza la gente de Elon Musk es no ir con medias tintas ni tomarse las cosas con calma. Si algo se puede hacer antes, siempre dentro de los parámetros de seguridad necesarias, se hace. Es así, con este espíritu, como han avanzado tan rápido.

El anuncio, por otro lado, representa un problema notable para la NASA y su cohete pesado SLS, con el que se está planeando ahora lanzar, en 2019, una nave Orion tripulada hacia la Luna, en una trayectoria de retorno libre alrededor de nuestro satélite. Es decir, exactamente lo que quiere hacer Space X en 2018.¿Casualidad o el primer ejemplo de una creciente competencia entre ambas, que tiene en esta carrera lunar un primer ejemplo? Intentará la NASA, bajo la administración Trump, adelantarse de alguna manera? Al fin y al cabo, si realmente el viaje de la Dragon 2 ocurre antes que el de la Orión, pondría en una mala situación a la agencia estadounidense a la hora de justificar la gigantesca inversión en este proyecto faraónico.

Por otro lado, dado lo ajustado del programa y lo ambicioso que resulta, tampoco se puede descartar (como señalan algunas fuentes) que los planes de Space X se retrasen a 2019 o más tarde, lo que permitiría salvar el "honor" de la NASA y ser los primeros en regresar a la Luna. No lo sabemos. Ahora solo podemos esperar acontecimientos. Todos listos y atentos, porque estos próximos meses se prometen ser realmente intensos.

La Dragon 2, versión tripulada de la Dragon, y que deberá llevar nuevas tripulaciones a la ISS. Y ahora, en principio, también vuelos lunares.

El Falcon Heavy, la siguiente evolución de los lanzadores de Space X una vez el Falcon 9 ya demostró plenamente su capacidad. En 2017 deberíamos verlo volar por primera vez.

Una trayectoria de retorno libre alrededor de la Luna. Esto implica no entrar en órbita lunar, pero es mucho segura, ya que incluso aunque algo fallara en la nave, su misma ruta la llevaría de nuevo de regreso a La Tierra.

La "competencia" de Space X, el proyecto SLS/Orión de la NASA, que planea un viaje idéntico a la Luna para 2019. Está por ver cual de los dos ocurrirá primero.

SpaceX quiere mandar dos turistas a la Luna en 2018

SpaceX to Fly Passengers On Private Trip Around the Moon in 2018

Elon Musk Announces Daring SpaceX Dragon Flight Beyond Moon with 2 Private Astronauts in 2018

lunes, febrero 27, 2017

El Encélado que pudo ser

¿Detectó la Voyager 1 los géisers de esta pequeña luna?

Cassini lleva realizados muchos descubrimientos desde su llegada a Saturno, tantos y tan extraordinarios que tendrá a la comunidad científica ocupada por años. Y de todos ellos posiblemente ninguno destaca tanto como las plumas de vapor de agua de esta pequeña luna, algo que cogió totalmente por sorpresa, dado que, aunque se tenían evidencias de cierta actividad interna, alimentada por el calor generado por las mareas gravitatorias de su gigantesco planeta, nadie podía imaginar algo tan asombroso. Fue algo inesperado. A pesar de que no era la primera vez que una sonda lograba fotografiarla de cerca.

Así es. Muchos años antes de Cassini, las dos Voyager cruzaron el sistema de Saturno y nos mostraron un aperitivo de las maravillas que nos esperaban. Ciertamente, incluso antes que ellas, la Pioneer 11 había visitado este rincón del Sistema Solar, pero su capacidad de adquisición de datos e imágenes era muy limitada en comparación. Fue la primera, pero llegó "con lo puesto". Así pues fueron ellas as encargadas de explorar realmente el planeta y sus lunas. Y lo hicieron de forma excelente, a pesar de que siendo misiones de sobrevuelo, apenas dispusieron de algunos días, semanas si contamos la fase de observación a distancia. Un éxito en el más amplio sentido de la palabra, que preparó el camino a Cassini, que tuvo así información previa para planificar su propia aventura.

Pero los geísers de Encélado de les escaparon. La Voyager 2 se aproximó mucho a ella, y sus imágenes mostraron terrenos antiguos, pero también otros casi carentes de cráteres, lo que delataba algún tipo de actividad geológica que estaba moldeando el terreno. Logramos deducir que algo se movía en esta pequeña luna, pero en la toma de imágenes se le escaparon sus plumas de vapor. Nos alejamos de ella sabiendo que era especial, pero sin saber lo especial que realmente era. Deberíamos esperar varias décadas para saberlo.

¿Pero es posible que realmente si se captaran su presencia, aunque pasaron completamente inadvertidos en el mar de datos enviados a la Tierra? Esa es la curiosa posibilidad revelada ahora, y que tendría en la Voyager 1, que observó Encélado desde mucha mayor distancia, a la protagonista de esta historia. Así lo cree Ted Stryk, bloguero aficionado al espacio, que durante el otoño pasado estudió meticulosamente el archivo de imágenes de está mítica sonda, hasta dar una imágen, una sola, que parece revelar, aunque sea en forma de unos pocos píxeles, la actividad de Encélado. "Estaba bastante seguro de que había encontrado los penachos", explicó Stryk al posrtal Gizmodo. "Es la iluminación correcta, la dirección correcta".

¿Es posible que algo así pudiera ser pasado por alto? Dado lo inesperado del fenómeno y que la imágen se captó desde mucha distancia, junto a la ingente cantidad de material mucho más interesante que envió la Voyager 1 durante el encuentro y que debía ser estudiado, lo hace posible. Además, los medios disponible a principio de los 80 poco o nada tiene que ver con los actuales, sobretodo a la hora de extraer información de las imágenes mediante todo tipo de técnicas visuales. 

Aún queda camino por recorrer, ya que este hallazgo deberá ser corroborado por el equipo científico de Cassini, que como es lógico conoce mejor que nadie a Encélado y su actividad, ya que fueron ellos los que la descubrieron finalmente. Y más allá de ser una curiosidad, el valor científico de algo así no sería algo a despreciar:"Si un análisis posterior prueba el análisis de Stryk, entonces es una evidencia directa de que los penachos tienen una longevidad de por lo menos décadas", dijo el astrónomo Jonathan Lunine. Y es que, incluso ahora, no tenemos claro si estamos ante un fenómeno puntual, del que hemos tenido la fortuna de llegar a el durante su existencia, o algo de mayor duración. Si finalmente se confirmara sabremos que al menos llevan 4 décadas en activo. Nada a escala cósmica, pero ya es más de lo que sabíamos poco antes.

Finalmente solo nos queda imaginar como podría haber afectado conocer de antemano la existencia de los géisers de Encélado al diseño de la sonda Cassini, y que modificaciones o instrumentos se habrían podido añadir para estudiarlos de forma aún más amplia y profunda, si es que se hubiera cambiando algo. ¿Quizás un instrumento que buscara la presencia de biomarcadores?¿Puede que se añadiera una sonda de superficie? Nunca lo sabremos.

La imagen original, tomada por la Voyager 1 el 13 de Noviembre de 1980, limpiada y ampliada,  ¿Son los géisers de Encélado lo que parece emerger desde el polo sur de esta luna? NASA / JPL-Caltech / Ted Stryk

El resultado final. Encélado sobre el creciente de Saturno, y lo que podrían ser sus plumas de vapor de agua emergiendo de ella. NASA / JPL-Caltech / Ted Stryk

Cassini nos desveló este extraordinario fenómeno en todo su esplendor, llegando a prácticamente sumergirse en ellos para tomar mediciones directas. Todo ello improvisado, ya que no se conocía su existencia. De haberlo revelado las Voyager, o puede que de habernos dado cuenta de que lo hicieron, quizás el diseño de Cassini habría cambiado, o incorporado algún instrumento capaz analizar de forma más amplia su composición, y posibles bioseñales 

An Exciting Discovery May Be Lurking in This Voyager Photo of Saturn 

Un astrónomo aficionado podría haber encontrado los géiseres de Encélado... en una foto de 1980

domingo, febrero 26, 2017

Post Vintage (218): Dos visiones del hogar y una lección de humildad

MESSENGER fotografió La Tierra y La Luna desde Mercurio.

El pasado 19 de Julio de 2013 la sonda Cassini observó a nuestro planeta desde el lejano Saturno, en unas imágenes cuya belleza ya forman parte de las páginas más brillantes de la historia de la carrera espacial. Poco podemos dudar que este maravilloso cuadro planetario, tan increíble como inspirador, está destinada a convertirse en una leyenda a la altura del famoso Pale Blue Dot de la Voyager 1, pero posiblemente muchos, al admirarlo, desconocerán que, ese mismo día, otra sonda interplanetaria inmortalizó La Tierra y La Luna desde la distancia.

Esa otra sonda fue la MESSENGER, entonces en órbita alrededor de Mercurio. Las imágenes permiten apreciar claramente a La Tierra y La Luna, aunque ambas aparecen sobre-expuestas, ya que estas formaban parte de una campaña de búsqueda de posibles pequeñas lunas que pudieran existir alrededor de este pequeño mundo abrasado por el cercano Sol y el objetivo era detectar cualquier posible desplazamiento que delatará la presencia de estos hipotéticos compañeros de Mercurio


Esto último y la no presencia de unos espectaculares anillos que completen el conjunto hace que las imágenes de la MESSENGER no tengan la belleza inigualable de las logradas por Cassini, pero no por ello resultan menos reveladoras de nuestra posición en el Universo. Y es que para la historia quedará que ese 19 de Julio, desde mundos situados en extremos opuestos de nuestro Sistema Solar, 2 exploradoras interplanetarias nos dieron una nueva lección de humildad.

La Tierra y La Luna desde la órbita de Mercurio, con la posición de ambas en ese momento. La larga exposición, buscando posibles pequeños satélites, hace que ambas aparezcan sobreexpuestas.

La posición de MESSENGER en el momento de tomarse estas imágenes. La Tierra es visible como un pequeño punto azul a la izquierda.

La Tierra desde Mercurio y Saturno 

La Tierra y la Luna desde Mercurio

sábado, febrero 25, 2017

Crónicas de una despedida (6): Reinos dinámicos

"Persiguiendo" los objetos persistentes dentro del anillo F.

Cassini sigue cruzando de forma perpendicular una y otra vez el plano de los anillos, rozando el borde exterior del F, el más estrecho, pero al mismo tiempo complejo, de todos ellos, permitiendo no solo desvelar detalles hasta ahora desconocidos, o al menos poco conocidos, sino poder ver su comportamiento, su dinámica a lo largo del tiempo. No es que no se hiciera antes, pero ahora, gracias a estos continuos sobrevuelos, podemos verlo con aún más claridad.

Durante uno de esos pasos cercanos, ocurrido el 5 de Febrero de 2017, Cassini pudo captar dos pequeños objetos que se mueven dentro del anillo F. Ya se habían visto en Febrero de 2016, cuando la sonda estaba en una fase de transición desde una órbita ecuatorial hacia otra más polar, por lo que este nuevo encuentro con ambos (conocidos oficialmente como F16QA y F16QB) permite comparar y apreciar como han ido evolucionando a lo largo del tiempo.

Aunque principalmente se trata de aglomeraciones sueltas de pequeñas partículas, como grumos dentro de un rio, los científicos sospechan que cuerpos pequeños y bastante sólidos acechan dentro de ellos, dado que parecen que han sobrevivido a varias colisiones con el denso "corazón" del anillo F desde su descubrimiento. El débil séquito de polvo que los rodea es probablemente el resultado de las más recientes sufridas por ambas antes de que Cassini las captara de nuevo. Y en su nacimiento posiblemente está implicada la luna Prometeo y las perturbaciones por ella provocadas, formando acumulaciones de materia que terminaron dando lugar a algo más sólido.

Su futuro está determinado por como afronten encuentros posteriores con la propia Prometeo. Si sobreviven sus órbitas pueden evolucionar, llevando eventualmente a una serie de cruces con el núcleo de F a baja velocidad, generando en el proceso formaciones espectaculares. Es una lástima que esta misión se le esté acabe el tiempo, ya que los anillos de Saturno son un reino de un dinamismo extremo. Una y otra vez no dejan de sorprender. Puede sonar exagerado, pero realmente merecerían una sonda para ellos solos.

Aunque ciertamente hay tantas maravillas en el Sistema Solar que necesitaríamos cientos de sondas para poder explorarlas todas. Pero eso es un sueño imposible. Es la eterna frustración de cualquier amante de la exploración espacial.

F16QA y F16QB, grumos de materia de los que se sospecha esconden objetos sólidos en su interior, vistos el 5 de Febrero de 2017, desde 982.000 y 894.000 Kilómetros de distancia respectivamente.

Algunas de las estructuras dentro del F, captadas anteriormente, y que se creen causadas por la colisión con el anillo de pequeños objetos persistentes.

Prometeo causando distorsiones en el anillo F. Estas ondas de densidad generan transitorias acumulaciones de material, aunque algunas de ellas pueden terminar generando objetos más sólidos, capaces de sobrevivir más tiempo.

Y lo mejor aún está por llegar.

Hardy Objects in Saturn's F Ring

viernes, febrero 24, 2017

En las fronteras de la nada

Cuenta atrás para el primero intento de fotografiar el horizonte de sucesos de un agujero negro.

El Universo es un lugar extraño. Comprender su misma existencia es un desafío, y dentro de el mismo residen fenómenos y objetos que son un misterio. Y posiblemente pocos atraen tanto la imaginación del gran público y el interés de los astrofísicos que los agujeros negros, la oscura e insondable tumba de las estrellas más masivas, pozos gravitatorios absolutos, como fosas insondables en el propio tejido espacio tiempo. Lo que se esconde en su interior es terreno abonado para la especulación. No lo sabemos, y quizás no lo sabemos nunca.

No podemos adentrarnos en ellos, pero si intentar explorar sus mismos límites, captar sus limites absolutos, el horizonte de sucesos teorizado por la Relatividad General de Einstein, el punto de no retorno más allá del cual se abren las puertas hacia el abismo. Es uno de los grandes sueños de la astronomía, intentar visualizar la energía emitida por el gas y el polvo que se estuviera precipitando hacia el, calentándose de forma exponencial a medida que se acelera, hasta el punto poder ver su resplandor, y recortado el el una oscura silueta: El agujero negro. Y quizás, este próximo Abril, la Humanidad finalmente puede ver con sus propios ojos esta oscuridad absoluta

Será entonces cuando el proyecto Event Horizon Telescope intentará convertir ese sueño en realidad. Una constelación de radiotelescopios de todo el mundo trabajarán de forma coordinada, como un solo radiotelescopio de tamaño planetario, observando sin descanso y durante 10 días a Sagittarius A, el gigantesco agujero negro que se esconde en el corazón de nuestra galaxia. Se sabe, por el efecto gravitatorio que ejerce sobre su entorno, que tiene una masa equivalente a 4 millones de Soles, pero concentrada en un espacio de solo 20 millones de kilómetros de diámetro. Enorme pero diminuto. Como podemos esperar de objetos celeste de esta clase.

¿Lo lograremos? La respuesta llegará en 2018, una vez se procese toda la ingente cantidad de información reunida durante este extraordinario esfuerzo internacional, cuya magnitud no es necesario explicar. La simple idea de coordinar tantos observatorios, todos ellos con relojes atómicos que permitirá una exactitud de alrededor de una trillonésima de segundo por segundo, y con una enrome red de ordenadores trabajando de forma igualmente coordinada para procesar toda la información habla por si mismo. Sea cual sea el resultado no se podrá decir que no se puso en juego toda nuestra capacidad de observación. El objetivo lo vale.

Todos listos para la que podría ser unas de las fotografía más increíbles de la historia. Con un poco de suerte pronto seremos capaces de ver la frontera misma de la nada.

Una simulación de lo que podría mostrarnos el proyecto Event Horizon Telescope.

Un esfuerzo a gran escala, en que participarán radiotelescopios de todo el mundo, de los que estos son solo una pequeña parte, promete desvelar por primera vez el horizonte de sucesos de un agujero negro.

Event Horizons Telescope

Get ready for the first pictures of a black hole's event horizon

jueves, febrero 23, 2017

Los mundos de TRAPPIST

Desvelando un pequeño Sol con 7 planetas de tamaño parecido al de la Tierra.

Imaginemos poder viajar, bajo la luz rojiza de una pequeña estrella, entre media docena de planetas rocosos, todos con un tamaño parecido al nuestro, y con 3 de ellos sumergidos en la su zona habitable, allí donde la distancia es la adecuada para que pudiera existir agua líquida en la superficie. Todos ellos formando un pequeño, compacto y extraordinario Sistema Solar. Ya no se trata de ir de una estrella a otra buscando una Tierra aislada, sino que en una sola tenemos todas los que podríamos desear. Y las posibilidades son infinitas.

Puede parecer un sueño, pero no lo es. Es una realidad, una maravillosa realidad. Se la conoce como TRAPPIST-1, y no deja de ser insignificante, una enana roja ultrafría con apenas el 8% de la masa del Sol, una minúscula fracción de su brillo y apenas algo más grande que Júpiter, pero a su alrededor ahora sabemos que se mueven al menos 7 planetas, que son de un tamaño parecido a la Tierra, y que 3 de ellos se desplazan dentro de su zona habitable. Como si el Universo quisiera recompensar nuestra incansable esfuerzo por encontrar otros mundos como el nuestro, nos regala este auténtico sueño hecho realidad. Y aunque es cierto es que 3 de ellos ya eran conocidos anteriormente, estaban fuera de esa zona privilegiada para la vida. De ahí lo trascendental del descubrimiento.

Desvelar en su totalidad, o al menos en buena parte, el increíble sistema planetario de TRAPPSIT-1 fue el resultado final de un amplio esfuerzo donde se utilizaron el telescopio TRAPPIST–Sur, instalado en el Observatorio La Silla, el telescopio espacial Spitzer, así como otros telescopios del mundo. Esto sacó a la luz sus 7 mundos terrestres, nombrados como TRAPPIST-1b, c, d, e, f, g y h, en orden creciente de distancia de su estrella. No se descarta que se puedan desvelar otros en el futuro, pero incluso si no existieran otras, estamos ante un sistema planetario absolutamente increíble, donde todos sus miembros tienen tamaños parecidos al de la Tierra o Venus, o quizás algo más pequeños, con mediciones de densidad que sugieran que al menos 6 de ellos son rocosos. Especialmente importante en el caso de e, f y g, los más prometedores, ya que orbitan en la zona habitable y podrían albergar océanos de agua en sus superficie si se cumplen otras condiciones, como el de una atmósfera densa.

¿Pero puede una estrella tan pequeña y tenue ofrecer la luz y el calor necesario? "La emisión de energía de estrellas enanas como esta es mucho más débil que la de nuestro Sol. Para que hubiera agua en sus superficies los planetas tendrían que estar en órbitas mucho más cercanas que las que podemos ver en el Sistema Solar. Afortunadamente, parece que este tipo de configuración compacta ¡es lo que estamos viendo alrededor de TRAPPIST-1!", explica Amaury Triaud, una de los autores de este estudio.

Y ciertamente estamos ante un sistema solar en miniatura, con todos estos 7 planetas concertados en un espacio no mucho mayor que el de las lunas de Júpiter, con el que comparte no pocas semejanzas. Los modelos climáticos sugieren que los planetas más interiores, b, c y d, son probablemente demasiado calientes para albergar agua líquida, al menos de forma global, mientras que h, aunque en este caso la distancia no esta determinada con precisión, parece demasiado distante y frío para albergar agua líquida, al menos en superficie, si es que no entra en escena algún tipo de proceso de calentamiento propio que pudiera dotarle de la energía necesaria.Y finalmente e, f y g, las "joyas de la corona".

En su conjunto resulta un hallazgo extraordinario, además de tremendamente prometedor en nuestra búsqueda de otros mundos habitables. Pero hay que ir con cuidado, ya que existen muchos "peros". Están tan cerca de su estrella que posiblemente tienen siempre un mismo hemisferio, a no ser que las interacciones de marea entre ellos, al estar tan cerca los unos de los otros, haya roto estas cadenas. Las enanas rojas son famosas por ser astros débiles pero capaces de generar violentas erupciones, mucho mayores, en proporción, a las que provoca el Sol, inundando el espacio que la rodea de rayos x y partículas cargadas. De no disponer de una densa atmósfera y un potente campo magnético las cosas se pondrían difíciles para la vida. Y tampoco sabemos la edad exacta del sistema. Podemos deducir que tiene más de 500 millones de años, pero poco más. Y teniendo en cuenta que TRAPPIST-1 es un estrella con una esperanza de vida casi ilimitada, que seguirá aquí cuando mucho después del Sol y de la mayoría de las estrellas de la Vía Láctea, eso no es decir mucho.

Y finalmente no sabemos cual fue la evolución de cada uno de ellos. Podrían ser acogedores mundos con océanos, cuerpos ardientes hostiles a la vida o cualquier otra cosa. El camino para saberlo justo acaba de comenzar. Pero el simple hecho de su existencia, de saber de 7 mundos como la Tierra (al menos en tamaño) alrededor de una misma estrella (independientemente de que sean habitables o no), y que esta sea de la clase más abundante del Universo, es una señal, otra más y más intensa que nunca, de que ahí fuera, en algún lugar, nos esperan cosas maravillosas.

Comparando las órbitas de los mundos de TRAPPIST-1 con las de las lunas de Júpiter.

Y comparando los tamaños entre las lunas jovianas, los planetas ahora descubiertos y los planetas terrestres del Sol, Tierra incluida.

TRAPPIST-1 es una estrella diminuta, casi en el límite mínimo para poder existir como tal. Solo tiene una fracción del brillo solar, pero quema su combustible tan lentamente que seguirá aquí cuando la mayor parte de las estrellas de la Vía Láctea ya se hayan extinguido.

Imaginando como podría ser estar dentro de este pequeño, compacto y asombroso sistema planetario.

Los tamaños relativos de las órbitas de los siete planetas  que orbitan a la estrella. El área sombreada muestra la extensión de la zona habitable, en la que podrían existir océanos de agua líquida en los planetas. La órbita del planeta más exterior, TRAPPIST-1h, no se conoce con seguridad. Las líneas punteadas muestran límites alternativos a la zona habitable basados en diferentes supuestos teóricos.

El brillo cambiante de TRAPPIST-1 durante un período de 20 días en septiembre y octubre de 2016. Este decae durante un corto período y luego vuelve a la normalidad. Estos acontecimientos, llamados tránsitos, obedecen al paso de uno o más de los siete planetas por delante de la estrella vista desde la estrella.

Un inusual evento de triple tránsito capado el 11 de diciembre de 2015. Mientras  la estrella estaba siendo monitorizada con el instrumento HAWK-I (instalado en el VLT, Very Large Telescope de ESO) tres planetas pasaron por delante de ella, bloqueando parte de su luz. Por primera vez se captaba tres planetas tipo tierra pasando delante de su estrella, dos de ellos en la zona habitable.

Los tránsitos de cada uno de los 7 planetas. Los más grandes crean disminuciones más profundas y los más alejados tienen tránsitos más largos ya que orbitan más lentamente.

Que nada nos impida seguir soñando.

La enana ultrafría y los siete planetas

miércoles, febrero 22, 2017

El Churchill de las estrellas

Recuperando su artículo perdido sobre la vida extraterrestre.

Hablar de este personaje histórico es hablar de una personalidad extraordinaria, de una determinación a prueba de bombas, de la defensa de una visión del mundo ya anacrónica, soñando con una imposible perpetuación del Imperio colonial británico, pero al mismo tiempo dotado de una claridad en otros aspectos que le hizo percibir el peligro del nazismo cuando muchos en occidente aún lo veía con benevolencia, por no decir abierta admiración. Sin duda, con sus defectos y virtudes, fue uno de esos colosos que dejan su huella en la historia. Y ahora sabemos que aspecto, no tan conocido, se adelantó ya no años, sino décadas, a los que le rodeaban.

"Yo, por mi parte, no estoy tan impresionado por el éxito de nuestra civilización aquí como para pensar que somos el único punto de este inmenso universo que contiene criaturas vivas y pensantes, o que somos el más alto ejemplo de desarrollo físico y mental que ha aparecido jamás en los enormes confines del espacio y el tiempo". Así concla un artículo, que nunca llegó a publicarse, de Churchill y ahora recuperado por astrofísico Mario Livio, quien lo encontró a través del director de un museo de la localidad de Fulton (Missouri).No solo es excepcional por haber sido redactado en 1939, casi 60 años antes de que descubriéramos la existencia de planetas en otras estrellas, sino también porque está dotado de una extraordinaria claridad de ideas, en buena parte todavía plenamente válidas hoy día. Directamente se adelantó décadas a cosas que solo hoy día son conocidas. No se puede más que sentir admiración por ello.

Así, a lo algo de las 11 páginas mecanografiadas que conforman este artículo, Churchill consideraba improbable que los humanos y nuestro planeta fuéramos únicos, planteándose en el proceso la definición más sencilla de la vida, basada en su capacidad de reproducirse y multiplicarse. No solo plantea la necesidad de que exista agua para que esta sea posible, sino que se encuentre a la distancia necesaria con respecto a su estrella para que esta se mantenga en estado líquido en la superficie. Lo que hoy día llamamos "zona de habitabilidad".

"El Sol es una estrella más de nuestra galaxia, que contiene muchos miles de millones de estrellas.Sabemos que hay millones de estrellas dobles, y si ellas se han formado, ¿por qué no pueden haberlo hecho sistemas planetarios? No soy tan presuntuoso como para creer que mi sol es el único con una familia de planetas", seguía Churchill, en contra de la idea imperante, defendida por astrofísicos James Jeans, que creía que formación de planetas era una rareza cósmica. Nuevamente el tiempo acabó por darle la razón.

En un arrebato de optimismo, especuló que la mayor parte de los planetas en otra estrellas "tendrán el tamaño adecuado para mantener agua en su superficie y de alguna manera en su atmósfera. Y algunos estarán a la distancia justa de su estrella madre para mantener una temperatura apropiada"."Con cientos de miles de nebulosas, cada una de ellas con millones de soles, hay una posibilidad enorme de que muchísimas de ellas posean planetas cuyas circunstancias no sean incompatibles con la vida". Nuevamente estamos ante unos razonamientos adelantados a su tiempo, y en algunos aspectos, aunque no todos, notablemente certeros.

Pero aún más destacable resulta su predicción de que "un día, posiblemente incluso en un futuro no muy lejano, será posible viajar a la Luna e incluso a Venus y a Marte", en un tiempo donde la simple idea de alcanzar el espacio, la de construir ingenios capaces de salir de la atmósfera, era visto como una simple fantasía, y los primeros pioneros que idearon la idea de los cohetes eran a menudo objeto de burla por la prensa. Posiblemente Churchill habría afrontado un destino similar de haberse publicado. Y es que ser capaz de mirar tan hacia adelante siempre atrae el menosprecio de quienes carecen de tal habilidad

Como explica Livio, veía el valor en la ciencia. Comprendía que era necesaria para ganar el esfuerzo de guerra, pero también que se debía establecer un ambiente en el que fuera importante por derecho propio, y quería que se utilizara para mejorar el mundo "Como resultado de eso, en la década de 1950, llegaron todos estos grandes descubrimientos", como la estructura del ADN o la radioastronomía, que se derivó del trabajo en radar."Una vez que generado el marco y la infraestructura para que la ciencia prospere, entonces llegan los descubrimientos". Viviendo en una época donde los políticos parecen darle la espalda, o en el mejor de los casos recurrir a ella forma interesada, tal mentalidad, ese reconocimiento de su importante y sincero interés en ella nos resulta ahora extraña

Pero así era Churchill, un coloso de la historia lleno de luces y sombras. Y algunas de esas primeras tuvieron una claridad asombrosa.

El futuro primer ministro en .1939, con Europa ya en el abismo de la guerra.

El artículo perdido de Churchill sobre la vida extraterrestre

Winston Churchill on Aliens: 1939 Essay Discovered

martes, febrero 21, 2017

El disruptor de mundos

El Gran Telescopio CANARIAS ofrece nuevas pistas sobre el hipotético 9º planeta.

Llevamos ya varios años sumergidos en la frenética búsqueda de este supuesto habitante del Sistema Solar, del que estamos bastante seguros de su existencia, aunque realmente no tenemos evidencia directa ninguna. Sin embargo las pistas indirectas, los supuestos efectos de este supuesto cuerpo celeste, siguen surgiendo una tras otra. Ciertamente todo se mueve en una nube de suposiciones, del simple hecho de que es lo que mejor explica lo que estamos viendo, pero algo raro parece ocurrir en el reino que se extiende más allá de Neptuno, entre los ETNOs (objetos transneptunianos extremos) que allí habitan. Y la idea de un nuevo mundo, una enorme Tierra helada escondida en la oscuridad, es sin duda excitante.

Ahora un equipo de investigación liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en colaboración con los hermanos De la Fuente Marcos, de la Universidad Complutense de Madrid, añade una nueva pista indirecta que apoya aún más la idea del 9 º planeta. Todo gracias al espectrógrafo OSIRIS del Gran Telescopio CANARIAS (GTC), ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma). Con el estudiaron los ETNOs conocidos como 2004 VN112 y 2013 RF98,  cuyas órbitas son casi idénticas y sus polos orbitales presentan una separación angular extremadamente pequeña.

Y esto es especialmente revelador, porque sugiere un origen común. La idea propuesta es que formaron un sistema binario, cuyo lazo común gravitatorio se rompió por la interacción con un objeto mucho mayor, algo que sus semejanzas en cuanto a su composición parecen respaldar: "Dado que las pendientes espectrales similares observadas del par 2004 VN112 - 2013 RF98 sugieren un origen físico común", explica Julia de León, primera autora de la investigación y astrofísica del IAC, "nos planteamos la posibilidad de que hubieran sido en su día un asteroide binario que quedó desligado por un encuentro con un objeto más masivo".

¿Como y cuando se pudo producir este encuentro? Las innumerables simulaciones realizadas apuntan a un encuentro ocurrido hace entre 5 y 10 millones de años con un objeto de entre 10 y 20 masas terrestres y a una distancia entre 300 y 600 UA del Sol. Es decir, el famoso y supuesto 9º planeta. Nada de esto es definitivo, pero si que resulta como mínimo intrigante. El inmenso territorio que se extienden más allá de Neptuno parece lleno de sorpresas, enigmas y la extraña, al mismo tiempo que fascinante, sensación de que en realidad apenas conocemos una pequeña parte del Sistema Solar, y que lo mejor aún está por llegar.

Los ETNOs cuya disposición orbital parece poder explicarse solo por la presencia de un planeta aún no descubierto.2004 VN112 y 2013 RF98 comparten similitudes orbitales tales que parecen tener un origen común, quizás un antiguo sistema binario roto por las perturbaciones gravitatorias del 9º planeta. No deja de ser un concepto que encaja con lo visto, no necesariamente la respuesta correcta, pero todo sigue apuntando hacia ello.

Gran Telescopio CANARIAS, desde donde se han realizado estas observaciones.

¿Existe un gran planeta en los confines del Sistema Solar? La búsqueda continúa.

Dos asteroides lejanos apoyan la hipótesis del Planeta Nueve

lunes, febrero 20, 2017

El futuro es ayer

Space X completa con éxito su primer lanzamiento desde la histórica plataforma 39A del Kennedy Space Center.

Observar su estructura es observar una parte importante la la historia misma de la exploración espacial, al menos en lo que se refiere a la NASA, que pese a todo sigue liderando este esfuerzo cada vez más internacional. Nació para ser la base de partida de las misiones Apolo, y quizás de un programa de exploración lunar más amplio que nunca llego, para posteriormente renacer para acoger a los transbordadores espaciales, desde donde despegaron durante tres décadas llenas de sueños, de grandes logros, pero también de esperanzas incumplidas. Y cuando estos llegaron a su final, el silencio cayó  de nuevo sobre ella.¿Definitivo? No, porque un nuevo jugador entró en escena.

En Septiembre de 2014 la pujante Space X firmaba un contrato de arrendamiento de 20 años , iniciándose con ello las modificaciones necesarias para poder albergar a su cohete Falcon 9 (así como al futuro Falcon Heavy). Y poco más de dos años después de este histórico acuerdo el fulgor de un lanzamiento espacial regresó a la plataforma 39A.

Después del aplazamiento vivido el día anterior, a las 1439 GMT de este 19 de Febrero iniciaba su vuelo el primer Falcon 9 lanzado desde este lugar, dando así inicio a una nueva etapa vital para estas históricas instalaciones. Minutos después la primera etapa del cohete regresaba a tierra, aterrizando de forma impecable a pocos kilómetros de distancia, en la llamada LZ-1 (Landing Zone 1), dentro del recinto del Cape Canaveral Air Force Station. Y mientras todo esto ocurría, la DragOn se separaba de la segunda etapa, desplegaba los paneles solares y ponía rumbo a la ISS, a la que llegarán dentro de 3 días. Lanzar y aterrizar, casi al mismo tiempo y de forma exitosa nuevamente. Quizás este es el mayor mérito de este empresa, el haber convertido en rutinario algo que no deja de ser extraordinario. 

En su interior transporta todo tipo de equipos y provisiones para sus habitantes, además de diversos experimentos científicos, como por ejemplo el que permitirá cristalizar un anticuerpo monoclonal que está actualmente bajo ensayos clínicos para el tratamiento de enfermedades inmunológicas, y que permitirá a los investigadores observar cómo las moléculas biológicas están dispuestos, lo que puede proporcionar nueva información sobre cómo funcionan en el cuerpo. Algo realizado también en tierra, pero donde el ambiente gravitatorio no permite a dichos cristales desarrollarse tanto, además de ser de muy baja calidad. También se incluye el instrumento SAGE III (Stratospheric Aerosol and Gas Experiment), que permitirá examinar los niveles de ozono, aerosoles, nitrógeno, Co2 y vapor de agua en la Troposfera y la Estratosfera.

Space X parece haber regresado a lo grande, y en ese camino nos trajo de vuelta a la plataforma 39A, la que durante tantos años fue escenario de tantos momentos claves de la historia, para lo bueno y para lo malo. El rugido de un despegue, la luz y el humo que marcan el instante en que ya no hay vuelta atrás, envuelve de nuevo estas instalaciones. Antes eran por esfuerzos públicos, de una agencia espacial gubernamental. Ahora bajo la batuta de una compañía privada como Space X. Un signo de los tiempos, guste o no.

Las 3 eras de 39A.
 
El inicio de una nueva era, ahora bajo el control de Space X.

Después de una serie de aterrizajes en el mar, especialmente por razones de seguridad y burocráticos, Falcon 9 aterrizó de nuevo en tierra firme.

Dragon, por su parte, también cumplió con todas las etapas previstas, incluido el crítico despliegue de sus paneles solares. Y se encuentra de camino a la ISS, donde llegará en 3 días.

Así es el doble viaje del Falcon 9: La 1º etapa regresó a tierra, mientras la segunda siguió su camino hacia el espacio, impulsando a Dragon.

El aterrizaje del Falcon 9.

A vista de dron.

SpaceX Launches 1st Private Rocket from Historic NASA Pad — Then Sticks a Landing