miércoles, mayo 03, 2017

En el rugir de las olas cósmicas

Desvelando una gigantesca ola de gas en la agrupación galáctica de Perseo.

Todos estamos familiarizados con la expresión "tsunami", nombre que reciben las olas gigantes que en ocasiones asolan las costas continentales, y que tuvimos en la que arrasó amplias zonas de Japón su ejemplo más reciente y terrorífico. A nuestra escala son fenómenos enormes, colosales, y aunque comparados con el diámetro de nuestro planeta son en realidad insignificantes, sus perdurables huellas pueden encontrarse hoy día en muchas zonas costeras, en ocasiones escondidas por el paso del tiempo, pero visibles para aquellos que saben lo que están buscando.

Ahora intentemos imaginar algo mucho mayor, una ola, en este caso de gas, de un tamaño monstruo, tanto que abarcaría dos veces ya no nuestro planeta o nuestro sistema planetario, sino dos Vía Láctea enteras, dos Galaxias una al lado de otra. Es una idea que nos supera, incapaces de abarcar mentalmente toda su inmensidad. Pero el Universo es igualmente basto, por lo que la escala de los fenómenos que lo sacuden son igualmente colosales. Así nos lo demuestra una vez más el descubrimiento, combinando observaciones del telescopio Chandra y diversos radio-telescopios con simulaciones informáticas, de un gigantesco tsumani de gas de 200.000 años-luz de extensión moviéndose a través del cúmulo galáctico de Perseo.

Aproximadamente con una extensión de 11 millones de años-luz de extensión y situado a unos 240 millones de años luz de distancia,conforma una de las agrupaciones de materia más masivo conocido, con miles de galaxias inmersas en una vasta y tenue nube de gas de millones de grados, tan caliente que sólo brilla en los rayos X, que es el espectro en que trabaja el telescopio Chandra. A el debemos en parte conocer la estructura de esta última, que se demuestra notablemente compleja, con todo tipo de estructuras, desde las burbujas generadas por el agujero negro supermasivo en la galaxia central del cúmulo, NGC 1275, hasta una enigmática característica cóncava conocida como "la bahía".

Y es esta última la protagonista de esta historia, ya que inicialmente también se asociaba, como el resto de formaciones, a ese masivo agujero negro de NGC 1275. Sin embargo hay elementos en ella que no concuerdan con ese origen, y un nuevo estudio nos presenta otro escenario, en el que estaríamos observando una ola de gas de proporciones intergalácticas, posiblemente fruto de la interacción con otro cúmulo de galaxias, que cruzó de lleno al de Perseo hace 2.500 millones de años y cuyos efectos aún hoy son visibles, en este caso en forma de inmensa onda que se mueve por el exterior del cúmulo, alimentada por la diferencia de temperatura y densidad entre el gas del interior, paradójicamente más frío, y el exterior, en lo que se conoce como olas Kelvin-Helmholtz.

Una ola inmensa recorriendo un mar de gas aún más gigantesco, tan grande que la luz tardaría 200.000 años terrestres en ir de un extremo a otro. Así sin las escalas de Universo, el ilimitado océano donde rugen las olas cósmicas.

Esta imagen de rayos X del gas caliente que rodea al cúmulo de galaxias de Perseo se hizo a partir de 16 días de observaciones del telescopio Chandra. Se filtraron los datos para aumentar el contrate y hacer más facilmente visible detalles sutiles. El óvalo blanco rodea la ubicación de la enorme ola que se encuentra avanzando a través del gas.

La formación del "tsunami" de Perseo.

Scientists Find Giant Wave Rolling Through the Perseus Galaxy Cluster.

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