viernes, septiembre 01, 2017

El reino que rozó la eternidad

TRAPPIST-1 posiblemente es mucho más antiguo que nuestro Sistema Solar. 

El reino de las 7 tierras, el compacto sistema planetario compuesto de 7 mundos de tamaños parecidos al nuestro, y que tanto lleva dando de hablar desde su descubrimiento, sigue aportando noticias que poco a poco, dato a dato, permiten tener una imagen más clara sobre su naturaleza. Y el último de ellos no es precisamente el menos importante, ya que implica una aproximación a su edad, un factor clave para comprender su potencial habitabilidad.  

Las estrellas jóvenes suelen presentar una actividad más caótica, llena de momentos de actividad desatada en forma de grandes erupciones que inundan el sistema planetario naciente, además de presentar un brillo menor, pero una mayor cantidad de radiación ultravioleta. Además las órbitas de los planetas nacientes puede ser inestable, y protagonizar migraciones fruto de su interacción entre ellos, como se cree que ocurrió en el joven Sistema Solar.  Por otro lado, los planetas que orbitan estrellas más viejas han sobrevivido a esta fase caótica y viven en una etapa relativamente tranquila, pero también han estado expuestos a los estragos de la radiación estelar durante un período de tiempo más largo, especialmente si carecen de campos magnéticos o estos se "apagaron" con el paso de las eras y el enfriamiento de su núcleo. Como vemos, no es un tema insignificante a la hora de abordar temas de astrobiología.

Inicialmente las estimaciones eran muy difusas, por no decir inexistente. No sabíamos suficiente para ello. TRAPPIST-1 podía tener apenas 500 millones de años (tiempo estimado que las estrellas de baja masa, apenas de una fricción de la solar, para contraerse y alcanzar su tamaño definitivo, no mucho mayores que Júpiter) o ser tan vieja como el propio Universo. Ahora tenemos finalmente una idea más definida, entre 5.400 y 9.800 millones de años. Sigue habiendo un abanico de edades posibles inmenso, pero también indica que en cualquiera de los casos estamos hablando de un sistema planetario mucho más antiguo que el nuestro. Cuando el Sol y sus planetas iniciaron su formación, TRAPPIST-1 posiblemente ya existía tal y como lo conocemos.

Así lo defiende un reciente estudio, que utilizando factores como la rapidez con la que la estrella se mueve en su órbita alrededor de la Vía Láctea (las más rápidas tienden a ser más antiguas), la composición química de su atmósfera y los indicios de actividad estelar, en forma de posibles llamaradas, estima que esta pequeña enana roja es sustancialmente más antigua que el Sol."Nuestros resultados realmente ayudan a constreñir la evolución del sistema TRAPPIST-1, porque debe haber persistido durante miles de millones de años. Esto significa que los planetas tuvieron que evolucionar juntos, de lo contrario el sistema se habría desmoronado hace mucho tiempo", explica Adam Burgasser, astrónomo de la Universidad de California en San Diego y autor principal del estudio.

¿Que implica este factor en la potencial habitabilidad de alguno de sus planetas? TRAPPIST-1 es una estrella enano roja relativamente tranquila en comparación a otras de su misma clase, lo que es un punto a favor,  pero también implica que llevan miles de millones de años bajo los efectos de la radiación y el viento solar, estando además muy cerca de ella. Todo el sistema cabría dentro de la órbita de Mercurio, para hacernos una idea. Bajo esas condiciones, si es que no hace acto de presencia una atmósfera muy densa y un potente campo magnético, que ofrezcan la protección necesaria, además de una adecuada redistribución del calor a sus hemisferios nocturnos."Si la vida surgió en estos planetas, yo especularía que tiene que ser una vida muy resistente, capaz de sobrevivir a algunos escenarios potencialmente difíciles durante miles de millones de años", explica Burgasser.

En todo caso, si algo no les faltó a estos mundos para intentarlo, fue tiempo. Las enanas rojas tiene una vida extraordinariamente larga. TRAPPIST-1 lleva brillando de forma tenue pero constante desde antes del Sol, y seguirá haciéndolo, acompañada de su pequeña y compacta familia planetaria, mucho más allá de su final. Desde su punto de vista, anclada en lo más cercana a la eternidad que podemos imaginar,  nuestro Sistema Solar fue solo el sueño de una noche de Verano, una estrella fugaz que durante un momento brillo intensamente antes de desparecer.

Mundos al borde de la eternidad. 

TRAPPIST-1 is Older Than Our Solar System

1 comentario:

javiliz dijo...

Seria muy interesante que mas de dos planetas albergaran vida y pudiésemos comparar como ha evolucionado, en el futuro claro.
Siempre me he preguntado que hubiera pasado si Venus pudiera mantener vida en su superficie al igual que la Tierra.