martes, marzo 28, 2017

El exoviajero de los sueños

Conociendo un poco mejor al futuro rover marciano de la ESA.

Deberíamos estar ya en la recta final antes de su lanzamiento, pero su aplazamiento para la ventana de 2020, acontecimiento previsible pero no por ello menos decepcionante, hará necesario tener un poco más de paciencia. Al igual que el conocer definitivamente la región elegida para hacer aterrizar, algo que ocurrirá solo un año antes, en 2019. En defintiva, y mientras la integrante orbital de este ambicioso proyecto ya se encuentra en Marte, la de superficie deberá esperar un poco para reunirse con ella. La exploración espacial es una mezcla de esfuerzo, suerte y paciencia. Sobretodo esto último.

Sin embargo nunca es pronto para conocer un poco mejor al rover ExoMars, del que ya conocemos su configuración definitiva, sus caracterizaras físicas y sus instrumentos, aquellos con los que buscará evidencias de vida bajo la superficie. Y la reciente publicación de nuevas ilustraciones por parte de la Agencia Espacial Europea es una buena excusa para ello: 

Desplazamiento: ExoMars, con una masa de 310 kg, se desplazará por la superficie marciana en un sistema de locomoción formado por 3 trenes de rotación pivotantes, conectados a seis ruedas flexibles.

Energía: Como Opportunity, ExoMars dependerá también de la capacidad de generar energía de una serie de panales solares, que se desplegarán una vez el vehículo se encuentre a salvo en la superficie. Aunque con el problema de no disponer de una fuente de alimentación constante, dependiente de las horas de luz y el clima reinante, el ejemplo de ese ya veterano explorador de la NASA (del que seguramente nadie quiera apostar que ya no estará activo en 2020) muestra que puede ser mucho más fiable de lo que se creía inicialmente, y que incluso el problema del polvo depositado sobre ellos, que en un principio se consideró que sería fatal en un plazo corto de tiempo, en realidad no lo es tanto gracias a las rachas de viento que recorren la superficie.

En búsqueda de vida: Cuando llegue a un sito previamente seleccionado se detendrá y desplegará el taladro (alojado dentro de la gran caja gris situada en la  parte frontal del rover). Este será capaz de adentrarse hasta 2 metros de profundidad, algo nunca realizado antes, y llegar hasta capas protegidas del hostil ambiente exterior, donde las señales químicas de la vida podrían haberse preservado, o incluso la vida misma en la actualidad. El taladro recolectará muestras y las entregara al llamado Cajón de Laboratorio Analítico (Analytical Laboratory Drawer o ALD) situado en el cuerpo del rover, a través de la ventana de entrega de muestras (la pequeña abertura por encima de la caja de perforación). Dentro del ALD las muestras serán analizadas con un espectrómetro de infrarrojos (MicrOmega), un espectrómetro de raman (RLS) y el analizador de moléculas orgánicas (MOMA).
  
Visión: ExoMars estará equipada con una PanCam, una cámara panorámica situada en la parte superior del mástil de rover, que se elevara 2m sobre la superficie, y proporcionará imágenes en estéreo y 3D del terreno alrededor del rover. Estará acompañada de las cámaras de navegación y posición, así como del Espectrómetro Infrarrojo ISEM, que determinará la composición mineral del terreno. Finalmente CLUPI, diseñada para tomar imágenes cercanas, adquirirá imágenes en color, de alta resolución y en color de afloramientos, rocas, suelos, material extraído por el taladro y muestras de núcleos de perforación. A todo ello, instalado en el propio taladro, se sumará el Ma_MISS (Mars Multispectral Imager for Subsurface Studies), que estudiará las paredes de las propias perforaciones, para observar en detalle su mineralogía y formaciones rocosas.

Exploración bajo tierra: Además de las extracciones de material, ExoMars estudiará el subsuelo con Adron, un detector de neutrones para la búsqueda de agua subterránea y materiales hidratados, y WISDOM, un radar de penetración que permitirá una visión en detalle de la estructura geológica bajo la superficie.

Comunicaciones: Estará dotada de dos antenas UHF monopolos, que le permitirán establecer comunicación directa con la sonda ExoMars, ya en órbita marciana. Esta actuará de puente de enlace entre el rover y La Tierra, aunque también podrá apoyarse en otras sondas orbitales de ser necesario.


Así es y así funcionará ExoMars. Solo nos queda ya esperar a su lanzamiento, como le ocurre a la sonda del mismo nombre, ya en órbita marciana. Y desear que las lecciones de Schiaparelli hayan sido bien aprendidas. El potencial de esta misión es tan extraordinario y transcendental, los esfuerzos realizados para sacarla adelante tan enormes y los sueños que transportará tan profundos, que no puede ser de otro modo.

ExoMars y todos sus elementos constituyentes, en vistas frontal y trasera. 

ExoMars Rover: a 360 degree view

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